Primera Parte
Aquí me pongo a pintar
al compás del tacho de Alba,
que naides pierda la calma
que por más que no me voten,
soy kirchnerista e' rebote
pero menemista de alma.
Fundí el Banco de La Plata,
llevé a casa patacones,
yenes, dólares y joyas,
pero floté como boya
y aunque ahura me esté hundiendo
sigo rodeao de botones.
Mi escritorio está curao
de ideas y sacrificio;
me gusta más el oficio
de la espátula y la brocha,
me gusta pintar paredes
aunque les parezca un vicio
Pero la brocha me gusta
siempre y cuando sea bien gorda,
se lo trasmito a mi horda
que es fama que me idolatra
¡Que pintando se haga patria!
Aunque termine en el Borda.
Me arrastré con Menen, Duhalde,
Scioli, Macri, Kirchner, Chiche,
de sapo comí cebiche
en plato, vaso y en balde,
y aunque naides me respalde
los lamo como un caniche.
Ocho de diez no me aprueban,
es el ochenta por ciento;
pero no le aflojo el tiento:
lavo, pinto, corto el pasto
y si ansina es poco abasto,
hago lo de siempre: miento.
En quince años crecí
en cariño y patrimonio,
al choreo le puse moño,
compré Building y me jacto
de quebrar todos los pactos
y que nunca me de insomnio.
Tengo veinticinco autos
a nombre de testaferros,
y pa' que vean que no erro
tengo también clú de fulbo
y les cobro cuota e' socios
a mis empleados-perros.
Qué sacrificio que hicimos
la puta que lo parió,
en la memoria quedó
nuestra afición al trabajo.
Perdón, los dejo, me rajo
al chalé de Cariló.
Con el débil me entrevero
y con el fuerte me achico,
y si me comí algún chico,
como Monseñor Basseotto,
les digo que "culo roto"
no es solamente un dicho.